Por: Ileana Cepeda.
Las palabras son creadas para nominar, para signar lo que me pertenece, después se comparten, se crean comunidades que las sostienen y entonces se aceptan como nombre. En esta aceptación y creación de nuevos nombres me encontré el sábado por la noche en la apertura de un lugar que en su evento inaugural no tenía nombre. Corrían la letras y la armonía de las cuerdas de las guitarras que subían y bajaban al igual que el mobiliario en la escena principal; cuando de pronto lo hermanos Méndez presentaron el nombre definitivo “La Chunga”, se llamaría..
La explicación seguida del nombre nos aclaró la duda a quienes no sabíamos de su existencia. “La Chunga” es una palabra parónima a otra; que denota la constancia a un ideal de una familia que corta la maleza de un lugar, el cual les gusta mantener verde y limpio. La palabra tiene infinidad de inclusiones desde valores familiares, hasta literarios y literales; entre ellas el esfuerzo por mantener el ideal de la trova, en la concepción romántica de conservar lo antiguo, de atesorar el inicio de un movimiento que ha cambiado y no precisamente para su evolución..
La familia de los Méndez ha inaugurado un nuevo lugar, una comunidad de tributo a la trova, a las canciones y música con buenas letras. Dentro de un ambiente como el barrio antiguo que pudiera llevarnos a pensar en la superficialidad y lozanía de la antigüedad más nueva de la ciudad, se encuentra un espacio que ofrece calidez y pasión; formado gracias a la inquietud de escuchar la vieja trova..
“La Chunga” ha sido aceptada y compartida, dejó de ser una palabra particular para convertirse en parte del vocabulario de más y más troveros, amantes de la poesía, las generosas letras y los liados acordes. El vaivén de los meseros, las sonrisas en las mesas, Montelongo disparando con su Canon, los tragos desapareciendo, las voces resonando, las gargantas cantando, los ojos tartamudos de la emoción, los saludos de los viejos amigos, las pieles de gallina, estas letras escribiéndose en la crónica de un sábado por la noche y en muchos fines de semana más.
Las palabras son creadas para nominar, para signar lo que me pertenece, después se comparten, se crean comunidades que las sostienen y entonces se aceptan como nombre. En esta aceptación y creación de nuevos nombres me encontré el sábado por la noche en la apertura de un lugar que en su evento inaugural no tenía nombre. Corrían la letras y la armonía de las cuerdas de las guitarras que subían y bajaban al igual que el mobiliario en la escena principal; cuando de pronto lo hermanos Méndez presentaron el nombre definitivo “La Chunga”, se llamaría..
La explicación seguida del nombre nos aclaró la duda a quienes no sabíamos de su existencia. “La Chunga” es una palabra parónima a otra; que denota la constancia a un ideal de una familia que corta la maleza de un lugar, el cual les gusta mantener verde y limpio. La palabra tiene infinidad de inclusiones desde valores familiares, hasta literarios y literales; entre ellas el esfuerzo por mantener el ideal de la trova, en la concepción romántica de conservar lo antiguo, de atesorar el inicio de un movimiento que ha cambiado y no precisamente para su evolución..
La familia de los Méndez ha inaugurado un nuevo lugar, una comunidad de tributo a la trova, a las canciones y música con buenas letras. Dentro de un ambiente como el barrio antiguo que pudiera llevarnos a pensar en la superficialidad y lozanía de la antigüedad más nueva de la ciudad, se encuentra un espacio que ofrece calidez y pasión; formado gracias a la inquietud de escuchar la vieja trova..
“La Chunga” ha sido aceptada y compartida, dejó de ser una palabra particular para convertirse en parte del vocabulario de más y más troveros, amantes de la poesía, las generosas letras y los liados acordes. El vaivén de los meseros, las sonrisas en las mesas, Montelongo disparando con su Canon, los tragos desapareciendo, las voces resonando, las gargantas cantando, los ojos tartamudos de la emoción, los saludos de los viejos amigos, las pieles de gallina, estas letras escribiéndose en la crónica de un sábado por la noche y en muchos fines de semana más.
Soy un cliente frecuente de La Chunga, en el Barrio antiguo Monterrey.
ResponderEliminarPuedo decir que es un lugar con mucha variedad, ideal para llevar a tu pareja o para ir con amigos a disfrutar una noche de canto, trova, buen humor, pero sobre todo un excelente ambiente.
Yo en particular me gusta ese lugar por que me gusta como intereprtan los Boleros de Alvaro Carrillo, Roberto Cantoral, etc, no conozco mucho de trova pero la variedad es lo que me convirtio en un cliente frecuente de ese lugar, normalmente soy de los que llegan a barrer el lugar.
Sigan asi, es un excelente sitio, Hermanos Mendez los felicito por tener un lugar como este, es muy agradable escuchar a Pablo Montelongo, el buen humor de Enrique Esparza, el feeling que le pone mi tocayo Jaime Ochoa a sus canciones, Beto en sus interpretaciones de este gran genero que es la trova, en lo particular me encanta como toca la guitarra Beto, no olvidar a Tere, su estilo Flamenco y el gran maestro en la guitarra que le hace segunda en sus magnificas interpretaciones, hay un trio que va los sabados que tambien mis respetos.
Si olvide mencionar a alguno es por que apenas estoy aprendindome los nombres de los musicos que hacen de la chunga uno de los mejroes lugares del barrio antiguo para pasar una noche tranquila y relajada.
Chimpas (Carlos), mis respetos, tu manera de requintear es lo maximo, Piensa en mi de Agustin Lara, la interpreta como nadie.
Les dejo una liga de mi canal de youtube donde he subido algunos videos tomados en la chunga.
Disculpen la calidad del video pero es que los tome con un celular. y en algunos se atravieza Carlos je.
Saludos
http://www.youtube.com/user/bohemioregio?feature=mhw5