viernes, 14 de agosto de 2009

Las Catadoras de Semen


Por Gerson Gomez

Cerveza/sexo para calmar la amargura. Geazul y Marbella, maestras de educación primaria del sistema estatal de Nuevo León. Con treinta años de servicio ininterrumpido, aspirantes a la medalla Altamirano.


Usan coordinados pantalón blusa arete/collar. Sostén translúcido pezón grande vetusto alegre. Cabello peinado, secadora, laca, discreto maquillaje.Han pasado los ciclos, las filas interminables al sindicato, previa autorización del Secretario General, ahora son inspectoras.


Se volvieron entrañables desde el 68, movieron sus palancas para estar comisionadas en el caserío fantasma de Los Ramones; donde quedan pocos hombres, laboriosos, empecinados, los demás se fueron al otro lado, al sueño americano.


Pueblo bicicletero, ahí se pierde la cordura con los calores. Ingenio en mano encontraron amantes en el presidente y suplente de la sociedad de padres de familia.Con ellos revelaron pasos posturas veredas para llegar al tan desconocido orgasmo entre los huizaches y nopales.


Poco les importa a su regreso, los movimientos socialistas de la liga maoísta en la Normal para maestros.Odiaron a los espartacos en la fila de nuevo ingreso de la facultad de filosofía y letras, que les cuestionaron si eran de izquierda o derecha o de centro izquierda o centro derecha.Contestaron: izquierda o derecha, vale madres el lado donde quieras dormir, lo que queremos saber si para ustedes es mejor tenerla grande o saberla mover.


Geazul se especializó en literatura inglesa, Marbella en el boom latinoamericano.Desde los jueves por la tarde frecuentaban los lugares de trova. Asiduas al sapo cancionero/el mesón del gallo, musas dispares amantes posicionadas de aprendices poetas narradores incipientes músicos de cantina barriada espontáneos. Políticos de segunda hasta cuarta línea, imitadores del Che, Facundo Cabral, Alberto Cortés y Atahualpa Yupanqui.


Geazul y Marbella pasaron de los años setenta a los ochenta, del canto nuevo y la música disco al pop industrial y al glam rock del rap neoyorquino al breakdance sin salir de Monterrey.En los noventa vivieron una época introspectiva, el grunge resultó incómodo.


Volvieron a creer con la frase de back to the basics. Releyeron a Cortazar y a Walt Witman.Al cambio de siglo, mientras Fidel Castro sigue ahí, ellas parrandean en el papi chulo y todos los sitios de la zona de stippers que existen por la calle Zaragoza.¿Reuniones de trabajo?, las organizan a partir de las 11 de la noche, incluye pago de cover botella de tequila y renta de Eros, el bailarín de lujo.Geazul y Marbella catadoras de semen: bitácora con sabor, espesor, color y textura de cada uno de sus acostones.Si se lo han de comer los gusanos, que primero lo gocen los humanos.

martes, 11 de agosto de 2009

La Trova en Monterrey 1a Parte




La trova no es solamente una persona con guitarra en mano, es mas bien, un movimiento, una filosofía cultural, artítisica e incluso en algunos tiempos hasta política.
El Canto Nuevo o Trova se inicia en la década de los sesenta, pero en Monterrey tiene sus inicios a mediados de los setenta cuando los moviminetos político'culturales congregaban a los jóvenes estudiantes deseosos de mostrar sus convicciones de una manera artística y la forma más fácil de llevar este pensamiento a todos lados era por medio de la guitarra que como instrumento ligero y versátil era buena herramienta para acompañar la voz que con palabras expresaba todos los sentimientos y proclamas de la época.
A los lugares establecidos como cafés cantantes y restaurantes donde se congregaba la gente a escuchar a estos artistas y a degustar bebidas para acompañar esta música se les denominó Peñas latinas ya que la peña es la reunión de ideas y pensamientos y l0 latino porque la mayor parte de la música que se interpretaba era de cantautores de España, Centro y Sudamérica como Joan Manuel Serrat, Atahualpa Yupanqui, Mercedes Sosa, Alfredo Zitarrosa y Silvio Rodríguez entre otros. El Sapo Cancionero, uno de los primeros lugares de este tipo se encontraba en la calle Hidalgo casi esquina con Pino Suarez en el centro de Monterrey, ahí se presentaban múiscos de la localidad entre los que destacan Luis Mariano Montemayor quien dió a conocer el trabajo del cantautor cubano Silvio Rodríguez además de presentar sus propias composiciones, en lo que respecta al folklore latinoamericano se destacaba el dueto formado por Enrique Esparza y Jorge Robinson con temas de Horacio Guarani entre otros. Con música más fresca y composiciones propias se presentaba el grupo estudiantil MB815 compuesto por Ernesto Pérez "El Gallo" y Héctor "Choncho", Armando "El Químico" y Carlos "El Chimpas"Méndez. En algunas ocasiones se presentaban artistas y grupos de renombre nacionel e internacional como Sanampay que contaba entre sus integrantes con las voces de Guadalupe Pineda y Carlos Díaz "Caito", Tania Libertad, el Negro Ojeda y el maestro Chava Flores.
Las Peñas Latinas fueron creciendo y naciendo nuevos lugares como: El Rincón de los Juglares, La Noria, Acá de este lado, La Casa de Pancho Villa, La Fonda, San Miguel, El Rincón de las Cantatas, Ojos de Perro Azul, La Tumba y El Mesón del Gallo. Las peñas como tales sobrevivieron hasta mediados de los noventa cuando la Vox Populi comenzó a denominar atodo lugar nocturno como "Antro" así que pronto hablaremos de La Trova y "Los Antros de Trova"

lunes, 10 de agosto de 2009

La Chunga

Por: Ileana Cepeda.


Las palabras son creadas para nominar, para signar lo que me pertenece, después se comparten, se crean comunidades que las sostienen y entonces se aceptan como nombre. En esta aceptación y creación de nuevos nombres me encontré el sábado por la noche en la apertura de un lugar que en su evento inaugural no tenía nombre. Corrían la letras y la armonía de las cuerdas de las guitarras que subían y bajaban al igual que el mobiliario en la escena principal; cuando de pronto lo hermanos Méndez presentaron el nombre definitivo “La Chunga”, se llamaría..
La explicación seguida del nombre nos aclaró la duda a quienes no sabíamos de su existencia. “La Chunga” es una palabra parónima a otra; que denota la constancia a un ideal de una familia que corta la maleza de un lugar, el cual les gusta mantener verde y limpio. La palabra tiene infinidad de inclusiones desde valores familiares, hasta literarios y literales; entre ellas el esfuerzo por mantener el ideal de la trova, en la concepción romántica de conservar lo antiguo, de atesorar el inicio de un movimiento que ha cambiado y no precisamente para su evolución..
La familia de los Méndez ha inaugurado un nuevo lugar, una comunidad de tributo a la trova, a las canciones y música con buenas letras. Dentro de un ambiente como el barrio antiguo que pudiera llevarnos a pensar en la superficialidad y lozanía de la antigüedad más nueva de la ciudad, se encuentra un espacio que ofrece calidez y pasión; formado gracias a la inquietud de escuchar la vieja trova..
“La Chunga” ha sido aceptada y compartida, dejó de ser una palabra particular para convertirse en parte del vocabulario de más y más troveros, amantes de la poesía, las generosas letras y los liados acordes. El vaivén de los meseros, las sonrisas en las mesas, Montelongo disparando con su Canon, los tragos desapareciendo, las voces resonando, las gargantas cantando, los ojos tartamudos de la emoción, los saludos de los viejos amigos, las pieles de gallina, estas letras escribiéndose en la crónica de un sábado por la noche y en muchos fines de semana más.